El camino de las ventas y la exención de impuestos

En Cardeña el nombre que se pone a alguna de sus pedanías no es por capricho ni muchísimo menos, el que se llame a una de sus dos entidades poblacionales que dependen de ella como La Venta del Charco es simple y llanamente porque es así como se llamaba desde su creación. En el antiguo camino que existía desde Córdoba hasta Castilla se crearon "ventas" que eran los lugares apropiados para alojarse y habituarse a los viajeros que utilizaban ese recorrido, que era el único que existía hasta que se abrió el de Despeñaperros.

Ya en época árabe existían las ventas de Cardeña, El Cerezo, Azuel y El Charco, y se consolidaron con la reconquista. Se hacía para intentar además dar más seguridad a los viajeros contra el pillaje que sufrían los que osaban adentrarse en estas solitarias tierras. Esta despoblación histórica y generalizada de esta basta porción de tierra es la que ha favorecido que tengamos la riqueza faunistica y botánica que tenemos.

A la necesidad de buscar pobladores se le dio un espaldarazo definitivo con la exención de cualquier tipo de tributo a todos los que se asentaran alrededor de estas ventas y a los propios venteros. Con ello se comenzó a roturar las tierras en el S XVIII y se empezaron a dibujar los tres actuales núcleos poblacionales: Cardeña, Azuel y La Venta del Charco.

De hecho a mediados del S. XVIII en el Catastro de Ensenada ya aparecen ellas tres conformadas por "una venta-posada y algunas casas con techos de retama".