martes, 1 de julio de 2014

Sendero de la Piedra Gorda, Cardeña

Un lugar para andar, poco conocido en Cardeña, es el camino de la piedra gorda, un carril público que se adentra por las dehesas de encinas y que entre vallas de piedra viene a salir hasta el que une Azuel con la Aldea del Cerezo. Antes nos toparemos con una gran mole de granito que da nombre al sendero.


El comienzo de nuestra ruta lo hacemos desde la rotonda de entrada a Cardeña que está al otro lado del puente de entrada y que cruza la N-420. En esa rotonda tomaremos la salida hacia la vía de servicio pero dirección Azuel, a pocos metros se inicia el camino a nuestra derecha, es ahí donde dejaremos el coche (siempre en lugar donde no pueda estorbar).


Antes de comenzar a andar podemos disfrutar de unas bonitas vistas de Cardeña.


El carril es ancho y tenemos que tener en cuenta que es utilizado por vehículos para acceder a las fincas colindantes.



Como telón de fondo podremos observar Sierra Madrona, de una sola mirada pasaremos de la tierra saliega de las dehesas de encinas hasta la cuarcita de la abrupta Sierra Morena.




El lugar, como todo lo que rodea a estas dehesas, es muy bueno para la observación de aves de todos los tamaños, desde el águila real e imperial hasta los pequeños paseriformes como el pinzón. 


Las extraordinarias vallas de piedra nos acompañaran durante todo el camino y son autenticos monumentos que nunca me cansaré de repetir que no saben valorar los encargados del desarrollo turístico en estas tierras.


Como se puede permitir que una valla derrumbada sea cambiada por una horrorosa serie de alambres e hierros? Debería estar subvencionada la reparación y conservación de las vallas de piedras.


Tras una primavera lluviosa la dehesa se inunda de margaritas y ello es señal de una buena cosecha de bellotas, producto vital para el engorde del cerdo ibérico, autentico señor de estos dominios.


En algo menos de una hora llegaremos hasta la "piedra gorda" que llama la atención por su tamaño. Encontrandose en un pequeño llano y rodeada, como no, de encinas.



Podemos seguir hasta donde nuestras fuerzas nos dejen, en unos veinte minutos más estaríamos en el camino que va de Azuel a la Aldea del Cerezo. Además este recorrido, como tanto otros, es zona de campeo de nuestro gran gato. El línce utiliza estos encinares como cazaderos y es factible el poder verlo sobre todo si vamos en silencio tanto al amanecer como al atardecer. Facil desde luego no es, sino ¿que merito tendría?.




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