martes, 5 de enero de 2016

Herrerillo Capuchino

Inconfundible por su cresta de plumas negras bordeadas de blanco, el herrerillo capuchino, Lophophanes cristatus, a pesar de haber muchos bosques de coníferas provenientes de reforestaciones abusivas, no es fácil de observar y mucho menos de fotografiar en esta nuestra Sierra Morena Oriental.


Su casi exclusividad por los pinos, la cantidad de ramas y lo que se mueve (el jodío) no lo hacen presa fácil para nuestra cámara, aunque no creamos que sean pocos los que existen si que lo son los que se exponen a "afotarse".


Las orugas, numerosas en estos pinares, los pulgones, semillas de coníferas y bayas de los enebros son los alimentos que más a mano tienen por estas tierras


Esas plumas tan características de su cresta las levanta y agacha dependiendo del nivel de alarma y el ánimo que tengan. Su localización y presencia es más fácil por su sonido característico y a partir de ahí ve rezando para que se quede quieto un momento y poder fotografiarlo.
No son exclusivos de los bosques de coníferas ya que también son perfectamente observables en nuestros robledales y como no en las encinas, eso si siempre cerca de algún que otro pino.


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