viernes, 30 de marzo de 2018

Circular por las Lastras, Batanera y Peña Escrita

Las recientes y constantes lluvias son una perfecta invitación a recorrer el remozado sendero de Las Lastras, un kilometro y medio de bosque galería, cortados y sucesión de cascadas que son una autentica delicia con tanta agua corriendo por el río Cereceda. Pero no hemos querido quedarnos tan solo en esta pequeña ruta, la hemos ampliado hasta las pinturas rupestres de la Batanera y de ahí hasta las de Peña Escrita. Unos siete kilómetros en total que completan una ruta circular de lo más satisfactoria.



Para llegar al punto de inicio debemos de salir de a carretera N-420 de Fuencaliente a Puertollano justo donde nos indican unas señalizaciones hacia Peña Escrita, a muy pocos kilómetros de la primera localidad. Nos encontraremos un primer cruce y nosotros giraremos hacia la derecha y un poco más adelante ya veremos la señalización de Las Lastras, aparcamos y comenzamos la ruta.
Nos recibe el sendero con una cascada copada de lado a lado y veremos restos de hasta donde ha llegado el nivel del agua estos días.


El sendero ha sido recientemente remozado por la dirección de parque y es apto para todos los públicos salvo algún tramo en el que hay que extremar la precaución con los más pequeños.


Lastra significa piedra plana y a fe que estas las veremos por distintos lugares del recorrido y son usada en época estival para deslizarse por ellas y lanzarse al agua de las pozas que están junto a ellas.


Pasaremos tramos encajados entre paredes y otros donde las orillas se encuentran pobladas de viejos y retorcidos árboles.





La fuerza de las aguas han conseguido derribar a este viejo ejemplar que ha quedado sobre el cauce.


Llegaremos a la base de la cascada de la Batanera y parece increible que hace unos pocos de días pudiéramos acercarnos hasta el lado de ella y hoy debemos de verla en la distancia por la gran cantidad de agua que cae.


Cruzaremos el río y subiremos el tramo por una escalera habilitada recientemente y entonces estaremos frente al lugar desde donde se despeña el agua.



Volvemos a cruzar el Cerecea y visitamos las pinturas rupestres de la Batanera.


Luego hay una vereda que sube a la izquierda de las pinturas (mirando hacia ella) que en unos cien metros nos lleva a un carril que recorre unos dos kilómetros de una altiplanicie desde la que tendremos vistas maravillosas.


Estaremos andando por encima de "encajonamiento" de río Cereceda que hemos andado anteriormente, a la derecha tendremos la Sierra de Fuencaliente con el Peñón de Puerto Viejo como referencia visual y a la izquierda de nuestra marcha y detras nos acompañan la Sierra de Hornilleros y el Valle de la Cereceda.


Fuencaliente lo tendremos enfrente.



Pronto llegaremos al cruce con el carretín asfaltado que nos llevará, girando a nuestra izquierda, hasta las pinturas rupestres de Peña Escrita. Frente a nosotros ya aparece Sierra Quintana y todo lo que rodea al punto más alto de toda Sierra Morena, se trata del Bañuelas. A partir de aquí existen senderos perfectamente señalizados que permiten que subamos al mismo. Eso sí habría que añadir a esta ruta unas cuantas horas más y bastantes metros de desnivel.


Desde las pinturas tendremos ademas de una perfecta información de las mismas, unas vistas conjuntas de Azuel y Fuencaliente y al fondo el Valle de los Pedroches.


La vuelta la haremos por la carretera y será en continua bajada, desde la misma veremos el parking donde hemos dejado el coche al comienzo de Las Lastras.


Volveremos a cruzar otra vez el rio Cereceda, ya un poco más amansado y buscando desaguar en el que pronto se convertirá el río Yeguas y que a su vez llegará al Guadalquivir allá cerca de Montoro.


En unas dos horas y media habremos completado este recorrido circular, cómodo y muy original en el que hemos combinado bosque galería, cascadas, pinturas rupestres y grandiosas vistas de esta parte de Sierra Morena.



miércoles, 28 de marzo de 2018

Las Aguas que llevan al Yeguas

Torrente, arroyo, riachuelo, regato, torrentera, afluente... son sinónimos de ríos  y es un gustazo seguirlos hasta llegar al gran Yeguas que tras estas fechas de lluvias va "cargaito" de agua. Por Madereros, Santamaría o por la Vegueta del Fresno hemos bajado en estos días acompañados por el ruido constante del agua corriendo a nuestro lado buscando lo más profundo del valle del río Yeguas, donde el ruido se hace mucho mayor debido a la gran cantidad de caudal que circula por el mismo.


Son muchos los meses de sequia que hemos padecido y el campo se ha "jartao" de agua y ya no "traga" más y es entonces cuando han empezado a correr todos estos afluentes que llevan al Yegua el preciado liquido elemento.



Endrinal, Navaltorno, Cuegaperros, El Espino, Reloj, Carrizo, Emguijuela, Alamedilla, Vaqueriza, Panizal, etc son nombres de los muchos arroyos que llevan sus aguas al río que limita todo el Parque Natural de Cardeña con la provincia de Jaén y que enamora a todo el que osa de pegarse una buena caminata hasta sus orillas. No es fácil llegar al Yeguas por ninguno de los caminos, al menos una hora y media de caminata hacia abajo y la vuelta cuesta arriba, pero bien que merece la pena el hacer cualquiera de esos recorridos porque el espectáculo es único.





Los efectos de las avenidas de agua se dejan ver con el movimiento de tierras, piedras e incluso la caída de árboles. Son los efectos adversos de una necesitada buena cantidad de agua caída del cielo.



La fuerza del río hace que su cauce y alrededores esté lleno de piedras perfectamente moldeadas por el continuo movimiento del agua, dentro y fuera del agua son un espectáculo añadido.



Cuando confluye un arroyo como el de Valdelagrana con el Yeguas se produce un fenómeno curioso, las aguas que bajan del arroyo vienen cristalinas y parecen filtradas por la lomas que lo rodean y en cambio llegan al Yeguas que va con el color marrón característico del movimiento de tierras que produce el gran cauce que lleva estos días.



Por si fuera poco miramos al cielo y no suele faltar algún que otro buitre leonado que inspecciona los campos en busca de pitanza y en el Yeguas, como no, alguna nutria que nos deleita con su presencia.



martes, 27 de marzo de 2018

La Cascada de la Sierpes Rebosando tras las Lluvias de Marzo

Merece la pena, tras este respiro que nos han dado las aguas, darnos un pequeño paseo hasta la cascada del Las Sierpes, en Fuencaliente (Ciudad Real), un lugar que para nada desmerece las muchas fotos de lugares paradisíacos que vemos en sitios lejanos. 


Desde el área recreativa San Isidro en la carretera que une Fuencaliente con Puertollano, tan solo un kilómetro y medio de sendero cómodo nos separa de esa maravillosa cascada rebosante de agua.



Un agradable paseo entre bosques de pino y matorra mediterráneo nos acerca hasta ella, solo existe una señalización pero el camino es claro.


Tan solo debemos de tener cuidado de cuando lleguemos a este lugar tomar el camino de a derecha que se adentra en el pinar, hay un montón de piedras y algunas ramas que los que pasamos por allí vamos dejando a modo de señalización improvisada, no estaría de más que los responsables del parque pusieran alguna señal indicativa.



Unos metros más arriba aparece la imagen esplendorosa de esta bella cascada que aderezada con un buen torrente de agua es todo un espectáculo para nuestra vista. 





domingo, 18 de marzo de 2018

Paseando por el Guadalmez desde la Ermita de Santa Eufemia

A tan solo 5 kilómetros de Santa Eufemia y en plena vega del río Guadalmez se encuentra esta coqueta ermita, y a partir de ello podemos recorrer las orillas del río en la dirección contraria al pueblo por su orilla izquierda. Una vereda muy bien marcada nos permite "andurrear" junto a este río que nace en las cercanías de Azuel y que recorre completamente el norte del Valle de Los Pedroches.



Dejaremos el coche en la ermita y pasaremos por su derecha, antes podemos recrearnos en su visión, en busca del río.


Alguna piedra de granito nos indican el camino desde la ermita al pueblo, que en tiempos de romería es el que recorre el gentío que se acerca a estos parajes.


Pasaremos junto a una cortijada hecha a base de piedra, típico del Valle de Los Pedroches.


Rebaño de ovejas con la Sierra de Santa Eufemia al fondo y paralela al río Guadalmez, estos pagos han sido historicamente sitio de trashumancia.



Llegamos al río en poco tiempo y comenzamos a ver tablazo tras tablazo como el cauce se va ensanchando conforme avanza hacia su desembocadura final en Extremadura en el cercano e inmenso embalse de La Serena.


En sus orillas es fácil observar indicios de nutrias, ver anátidas y ardeidas y en los cielos el buitre leonado y negro, el águila real, la cigüeña negra y un largo etcetera de rapaces menores son un continuo espectáculo que nos entretienen en nuestro caminar.



El camino se hace más o menos dificultoso y es una pena que no haya señales ni nada acondicionado. Sigo en mi empeño de que alguna administracion oiga mis súplicas de convertir a esta vía de agua en un sendero de muchos kilómetros y que recorre lugares de mucho interés natural por todo el norte del Valle de Los Pedroches. Es una pena que no se potencie a través del senderismo la conservación de espacios naturales como las cercanías de este hermoso río.



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